Todos en algún momento, sabemos el sentimiento que genera una prenda nueva. El deseo que produce esa pieza que te acaban de regalar, o acabas de comprar y no te da tregua hasta que finalmente te la pones. Es decir, el placer que genera el estrenar. Pero alguna vez te has preguntado, todo el recorrido que lleva hecho esa camisa o pantalón, antes de llegar hasta tus manos. La cantidad de lugares y manos por los que pasó, antes de llegar a la tienda. Definitivamente son muchos, y obviamente también, son muchas las bacterias, polvo y toda clase de suciedad, que estas mismas, van acumulando a su paso. Y si además sumamos, que el país de su fabricación, por diversas circunstancias sociales y económicas, no tiene los cuidados y medidas necesarias de higiene, el panorama se pone aun más oscuro. Debemos dejar en claro, que no se trata de un asunto de alto riesgo. Y mucho menos, de vida o muerte. Sin embargo para personas con piel sensible, o con algún tipo de herida cutánea, la situación podría tornarse mucho más complicada por razones obvias. De igual modo debemos señalar, que en el caso de los más pequeños, el cuidado de su piel, se vuelve una prioridad. Los bebes durante buena parte de sus primeros años, tienen una piel muy delicada. De tal modo, que en este último caso, no lavar una prenda nueva antes de estrenar, se convierte en un acto de mucho mayor riesgo. En este mismo sentido, podemos de igual modo separar, el grado de peligrosidad de las prendas, en base al contacto directo, o no, de estas con la piel. Es decir, que un saco o abrigo, jamas podría generar el daño que en algunas circunstancias, podrían hacerlo la ropa interior o de baño. En este ultimo caso, el contacto es directo y en una zona altamente delicada, como son los genitales.

En conclusión, nosotros en CENTRAL CLEAN, aconsejamos lavarla para evitar así cualquier riesgo. Finalmente, cuando se trata de la salud, nunca sobran las precauciones o cuidados. Al hacerlo, también podrás determinar de manera más precisa, que tanto encogió, o no, tu prenda en esa primera lavada. Algo que casi siempre sucede en mayor o menor grado, dependiendo de el tipo de tela o fibra. Y de ser necesario, realizar los ajustes de talla, con mayor precisión.