Hablar de este producto tan común, barato y de fácil adquisición. Es hacer referencia, de un gran aliado, en la limpieza en general. Sin embargo hoy queremos simplemente enfocarnos en  tu ropa. Y antes de entrar de lleno en el tema, es importante señalar algunas características básicas del amoniaco. Ya que probablemente, debido a su olor tan penetrante y su alto grado de toxicidad,   muchas personas se lo piensen dos veces, antes de usarlo. Aun así, nosotros en CENTRAL CLEAN, creemos que con un manejo adecuado y las precauciones correctas, este producto resultará siempre, de gran beneficio y utilidad para ti. En este sentido, debemos enfatizar el uso de guantes, al momento de estar manipulándolo. Así como tratar de mantener el área en donde se está trabajando, siempre ventilada. Y por supuesto, jamás dejarlo al alcance de los niños. Mezclar con cloro, tampoco es recomendable, ya que de la unión de ambos, se forma un gas muy tóxico llamado cloramina.

Ahora bien, una vez que se tienen los cuidados pertinentes, podemos comenzar a citar algunas de las bondades del producto, para desmanchar tu ropa. Y es que básicamente el amoniaco, funciona de manera extraordinaria, para todo lo que venga de un origen orgánico. Y si este fuera el caso, su uso es altamente recomendable. Es decir que para: sangre, orina, sudor, vomito y algunos alimentos como el huevo y la mostaza, el amoniaco funciona de maravilla. En el  vino, cuando la mancha ya se encuentra seca, este puede ser utilizado también. Aunque para el caso, nosotros en CENTRAL CLEAN, recomendamos como primera opción, el agua oxigenada. Cabe señalar de manera muy puntual, que para todos los métodos de limpieza, que a continuación se irán exponiendo, se recomienda una mezcla, de 50% de agua, por un 50% de aminiaco.

Y de igual modo, antes de aplicar el producto en la zona a tratar, primero se haga una prueba en alguna otra parte, que resulte poco visible en la prenda. Esto con el único fin, de poder observar previamente, la reacción de la tela o fibra.

Para manchas amarillas en cuellos y axilas, tan frecuentes en las camisas, podemos humedecer un trapo preferentemente de color blanco, de tal modo que  podamos así, visualizar cualquier posible decoloración. Y con este mismo, frotar de manera gradual, la superficie de la pieza por varios minutos. Un cepillo de cerdas blandas,también puede ser una buena idea. Siempre que se tenga el cuidado, de no gastar o dañar la tela, debido a una fricción desmedida. Luego de este proceso en cuestión, podemos dejar la prenda en reposo por quince o veinte minutos, para finalmente terminar su lavado de manera normal, en tú lavadora. Realizar un desmanchado,antes de introducir tú ropa en la maquina,es lo que realmente hace toda la diferencia. Ahora bien, para manchas más rebeldes, como podría ser la sangre, se puede agregar a la mezcla, una porción del 20% de jabón líquido.

Ropa percudida; añadir una generosa cucharada de amoniaco, por cada litro de agua y dejar remojando por treinta minutos, Luego meter a lavar, en su modo habitual.

Toallas y trapos con mal olor; puedes añadir una taza de amoniaco junto con tu detergente. Posteriormente secar tus prendas, preferentemente a una alta temperatura, o incluso bajo el sol.

Uniformes de trabajo; o ropa con manchas de grasa. De igual modo, puedes dejar  remojando por dos horas, antes de meterlas a lavar. Las manchas más grandes o profundas, igualmente se pueden tratar de manera individual, frotándolas ya sea con el trapo o con el cepillo, antes de meterlas a tú lavadora.

En suma podemos concluir, que el amoniaco no debería de faltar en tú casa.  Ya que además de limpiar profundamente, es un poderoso desinfectante de muy bajo costo.

Recuerda que el pre-desmanche antes de tú lavadora, es el gran secreto. Y esto, hace toda la diferencia.

Atte. CENTRAL CLEAN.